No-Frost

jueves, junio 02, 2005

Eterna Soledad...

Yo estaba en uno de esos botes largos y angostos llenos de remeros.
En el frente se veía una nube negra y tempestuosa, seguramente complicada de traspasar, con más de una víctima…

Y así fue, en medio de la tormenta fueron varios los remeros caídos, varios los sueños ahogados, y mucha la fuerza que tuvimos que hacer los que seguíamos dentro de la embarcación.

Luego todo parecía calmo, las aguas templadas, pero en realidad no era más que el ojo del huracán, y en medio de ese silencio ensordecedor estalló el infierno nuevamente.

Unos cuantos remeros más quedaron en el camino, y los que seguíamos a bordo estábamos débiles y con frío, mojados, indefensos…

Finalmente a lo lejos se vio lo que tanto tiempo añoramos, quedábamos apenas dos y toda esa pesada barca que no podíamos dejar que se vuelva al mar abierto… con las últimas fuerzas remamos, remamos y remamos, hasta que una ola nos volteó… cuando desperté estaba desmayada en la arena…

Miré a mi alrededor y no vi más que agua, arena y selva, una desolación enorme, creí que nunca saldría de ahí, arrastrándome ascendí hasta aferrarme a una gran piedra. Tenía hambre, tenía sed, me latía todo el cuerpo, estaba agotada, sin darme cuenta me quedé dormida… cuando desperté estaba todo negro, con suerte el reflejo de la luna en el mar iluminaba alguna roca o palmera. Tenía pánico, tenía frío, tenía más hambre que nunca, los cantos de los grillos me estaban volviendo loca, estaban por todos lados, retumbaban en mi cabeza al compás del rompimiento de las olas en la orilla… estaba desesperada, el cuerpo me pesaba, apenas con mucho esfuerzo lograba moverme…Creí que era el Fin…

Hace unos meses que vivo así, a mi último compañero lo perdí a metros de la costa, qué pena…estaba tan cerca de lograrlo…
No tuve otra opción más que alimentarme de lo que la isla proveía… Pero es tan angustiante esa sensación de soledad, de vacío, de desolación… Si al menos tuviera botellas para tirar al mar y que a la deriva, con suerte, alguien llegue a recibir este pedido de auxilio incesante…

A veces hablo sola para recordar el sonido de mi voz…y grito para escuchar mi propio eco y no sentirme tan sola…